sábado, octubre 18, 2014

Escape

Saliendo rápidamente por la salida de emergencia, mi corazón se detiene con la luz roja del taxi. Mirando por sobre su hombro desnudo la silueta de la ira.
Tus manos tiemblan y tu sonrisa nerviosa busca refugio en mis labios fríos.
Al Atton fue la orden al taxista que sonreía maliciosamente como si leyera mis pecadoras intensiones.
Entramos en la habitación borrachos de pasión, parecía que todo se nos pusiera en camino y yo no podía separarme de tu piel, caíste rendida a mi cuerpo. Te entregaste a la cama y tu mirada me invitaba a acompañarte al infierno. 
Mis manos descubren poco a poco tu delicado y suave cuerpo, un ataque de inseguridad te arrastra al baño, sigues pensando en él. 
El reflejo de las luces de la ciudad iluminan mi rostro humeante sobre el vidrio, pareces complicada y sexy a la vez. Corres a mis brazos y me pides perdón, -No lo puedo hacer-, "entiendo" le susurro secando su lágrimas con mis labios. El suave roce de nuestros cuerpos electrifica la habitación, tus pechos se marcan sobre mi camisa, estás respirando con la boca, tus ojos se sienten dejar llevar con cada centímetro que mis manos recorren. 
-Vete! Hazlo ahora que no podré detenerme si te quedas.
Contra la ventana la ventana olvidas tus temores, me sientes firme y no existe nada en ese instante, somos sólo tu y yo.
He perdido la práctica, movimientos torpes con tu sujetador te liberan y centran la atención de todos mis sentidos, los miro con ternura, las tomo entre mis manos ásperas, firme y con dominación, pongo la cima en mi boca y los disfruto como un niño, eres mía y lo sabes.
Tus manos no pierden el tiempo, correa fuera, pantalón a medias y tus labios comienzan a bajar por mi cuello, tus manos acarician mi espalda y siguen bajando...  Tus labios reciben mi masculinidad brillante de lubricación, tu lengua recorre los bordes de mi extensión, me estremezco con cada movimiento, te tomo bruscamente y esa boca que estaba en mi sexo ahora me besa profundamente. Te apoyo contra el vidrio, tus piernas me rodean invitándome al cielo, mientras te beso nos unimos en una suave, lenta y profunda sensación de eternidad, nada podría borrar este momento, es un punto de no retorno, escogiste vivir, y elegiste tenerme en tu interior, me pedías que siguiera, que no parara jamás, continuamos fundiéndonos en la cama. Ahora tu tenías el control, tus caderas bailaban sobre mi, tus pechos eran atrapados por mis manos, mis dientes, mis labios y no paraba entrar en ti...
Tus ojos se perdían con cada movimiento, tu espalda se curva, tu gemidos son cada vez más fuerte, la habitación es el único testigo de tu orgasmo ahogado, intenso y largo. Al verte gozar mis movimientos se aceleran, mis manos apretan tus pechos y me dejo llevar, lo sientes salir y llenarte cada espacio de tu vagina, late fuerte, está caliente y exhausto.
Caes rendida a mi lado, jadeando y es cuando notas las 25 llamadas perdidas de tu iPhone. Me miras tiernamente lo apagas y te acurrucas sobre mi pecho.
No te duermas me dices, aún nos queda el jacuzzi.
Atrás quedó tu marido, el hoy fue más presente que el ayer y mañana quién sabe.
Gnite

martes, noviembre 14, 2006

Paraíso

La noche aparece ingenua, la luna ilumina con sus destellos cada centímetro de mi piel. Estoy desnuda frente a ti. La tibieza del aire me invita a despojarme de ese enorme artificio que las personas llaman ropa.

El cielo y sus estrellas reflejan en el mar aquel dulce destello del universo. Estás como absorto, perdido en los contornos de mi cuerpo; mientras yo sacudo la arena acumulada en las hamacas. No pronuncias palabra. Sabes que no es a ti al que espero. Te alejas, buscas un lugar que esconda tu soledad. Pero lo piensas y decides volver. Sientes que aquella mujer desnuda, a la que tantas veces has hecho el amor, no te necesita hoy. Te ignora, para ella desapareciste de la playa.


Me recuesto tranquila y delicadamente, absorbiendo la calidez de la noche. Tú me contemplas, como si nunca antes me hubieses visto. Me parece que caigo en un letargo, porque mi cuerpo se relaja y no sé si estoy despierta.


En medio de esa confusión, un húmedo beso me arranca del tránsito de serenidad. Era ella, la estaba esperando. Nos miramos sin hablar y nos volvemos a besar. Es hermosa. Su cabello suelto y sus grandes ojos bajo esa luna la hacen más bella aún. Su cuerpo bien proporcionado está cubierto por una delgada tela amarrada a su cuello, por la que deja entrever sus pechos endurecidos, provocativamente marcados. Me mira y sonríe. La invito al lugar donde estoy, pero ella saca una pequeña botella de aceite y comienza a acariciarme. Empieza por mi cuello y baja hasta mis pechos. Los acaricia como nunca antes lo habían hecho. Luego va por mi vientre en movimientos circulares, hasta llegar a aquel lugar inexplorado por mi propio género. Avaricia mi sexo con mucho cuidado, completamente, sin apurarse. Yo me estremezco y busco su boca. En un beso interminable ella continúa rozando mi interior. Es increíble, ella sabe exactamente cuándo cambiar sus caricias. Separa mis labios suavemente hasta llegar a mi clítoris. Pero su boca ya no está en la mía; ahora baja y recorre todo mi sexo para luego centrarse en aquel monte bendito que me hace dar pequeños saltos de placer. Sabe lo que hace, no hay duda. Su lengua, caliente y húmeda, se dirige con total libertad, provocando espasmos continuos y enérgicos. Estoy al borde del éxtasis, pero ella me lo impide. Para violentamente y se acuesta sobre mí.


Mis manos recorren su cuerpo como si fuera el mío. Tomo sus pechos y los beso. Sus duros pezones me parecen deliciosos, y mi boca no para de saborearlos. Pero quiero llegar más allá. Ahora es mi turno. Ella es mía ese día, y no la dejaré escapar.

Su suave cuerpo queda debajo del mío. Ahora la recorro yo. La beso completamente. Sus ojos llenos de deseo me imploran que baje, y lo hago. Está completamente húmeda, así que me ocupo de borrar todo rastro de excitación. Es deliciosa, no puedo evitar perder mi lengua en aquellos recodos de su ser. Lo disfruta igual que yo, lo siento. Ya no aguantamos más, queremos llegar al éxtasis ahora. Mi boca en su sexo, la suya en el mío. Los movimientos se aceleran, los cálidos fluidos aumentan hasta mojarnos por completo. El placer es inolvidable. Ahora queremos compartir nuestros líquidos. Nos besamos fuertemente, introduciendo nuestras lenguas cada una en la boca de la otra.

Después de un rato de mutua contemplación, recuerdo que estás ahí. Te busco con la mirada y te encuentro sentado en frente, un tanto alejado. Tu mano está en tu virilidad, pero ésta ya contiene los estragos de lo que fue su esplendor. El semen en la arena, nosotras recostadas… Después de todo, la noche no era tan ingenua.

X Mariposita_Nocturna

domingo, noviembre 12, 2006

Solitaria

Todo comenzó una tarde oscura, triste y solitaria, donde las murallas pálidas y frías te dictan lo que serán las próximas horas de tu vida. Entre los golpes publicitarios de piezas, computadores, tomateras, paltas y demases sutilmente se divisa un aviso: “Cansada de estar sola?” y un celular: 085XXXXXX sin mayor importancia continuó la lectura infértil del mural, pero tus ojos te llevaron nuevamente al papelito. Tu cuerpo se sentía solo y tu mente destrozada. Fue tu cumpleaños y estabas sola, llena de gente pero sin nadie a quién hablar. Meditaste de tu vida y sus complicaciones y no hallaste conclusión, sólo te conformaste con saber que aún estas y aún respiras por los pasillos y sueñas y duermes despierta. Sin más sacaste el papel y lo guardaste en tu abrigo. Tu camino estaba sin rumbo, y vagaste sin trámite alguno. Los sueños sucios y grises matizaban tu vista de las construcciones coloreadas por parches sin sentido que funcionales todos, reunidos para poder sostener la antena de Direc-tv. Son tantas las contradicciones y tantos los pensamientos que vagan en una tarde opaca y sin vida. La soledad ataca y con fuerza arremete en nuestros sentimientos. La mirada se nubla por instantes aislados y aleatorios. Tantos aromas a sentimientos impúdicos y escondidos en los vaivenes de la vida, que no nos dejan en paz. Sentada en una banca mirando el vacío infinito del mar sacas del bolsillo un papel arrugado, leíste la inscripción y sin pensarlo marcaste el número. Cortaste a los segundos y meditaste lo bajo de tu autoestima, nada perdías… marcando… sonando y esperando, angustiosos segundos deseosos de que no contesten y esperanzados en que una voz sólida la conforte.-aló?- una voz sabor a canela y color de madera tiño de ternura y candor la rustica pero suave conversación. Era una voz joven, pero notaba distinción y pensamiento. Romper el hielo fue brutal¡, después de la presentación y de una sorpresiva invitación a un café en 15 minutos, ese músculo endurecido y ya gastado comenzó a latir con fuerza. No sabía que hacer, si irse o quedarse… las expectativas crecieron y las quemó rápidamente enterrándolas bajo la acera, creo que eso se llama experiencia, adquirida a golpes y caídas. Ya no esperaba nada, de nadie. Y así vivía mejor. De un momento a otro estaba a 15 metros del lugar de reunión. Lo distinguió, espero y vio su reacción, estaba a punto de irse cuando decidió acercarse. Fríamente lo saludo y sin rodeos le pregunto cuanto le costaría su tiempo. Él la miró detenidamente y respondió que nada. Caminaron un rato, el guío la conversación, tenía tema y era apuesto, en su cabeza giraba el pensamiento- Tiene tema y es atractivo, cuánto me saldrá esta locura¡¡¡- él cómo sin entender la pregunta pasada la convenció de que no se preocupara por dinero, que no era importante, y que él invitaba. Risas nerviosas propias de la situación inundaron a los desconocidos que sin darse cuenta llegaron a un solitario y escondido café. Él la guío a ordenar alguna cosa, ella desconfiada aún sin saber que ganaba el al respecto, acepto retraídamente un té de rosas, conversaron mientras los segundos y los minutos ahogaban el día. Desde los temas más conflictivos como la religión y la política hasta la cultura y el sexo. Las coincidencias eran extremas, jamás se hubiesen imaginado en mejor compañía. Reían sin cesar y contaban infidencias como si fuesen amigos de antaño. La noche estaba avanzada y el lugar no era muy concurrido, ya sin temor y con las manos atrapadas por las suyas emprendieron el viaje de retorno, rumbo? Desconocido incluso para ellos.
Los adoquines y la noche los empujaban más allá... la brisa les indicaba la cercanía costera y la sequedad de los labios les informaba que era tiempo de seguir sin más tema que sonreír calidamente mirándose mutuamente y evitando las contemplaciones incómodas pensando en la despedida, lo mira directamente y se siente perder en la seguridad de su mirar, las palabras y los gestos no le salen, esta nerviosamente complicada, se da cuenta él y sin pensarlo más la besa tierna pero firmemente, el beso fue cósmico, las estrellas danzaban por su estómago y las mariposas se posaban en la lozanía de su mirada, por un momento logro olvidarse de la realidad y fue feliz, sería eso posible? Que dos extraños se den felicidad a primera vista? No lo sé, pero sería realmente genial, no? El shock pos-contacto labial los llevo a desconcertarse de la vida y se dejaron llevar por las oleadas de emociones que fluían por sus cuerpos y labios cada vez más y más húmedos encendiendo la pasión fatal y desenfrenada de dos completos desconocidos que sólo buscan satisfacer sus extrañas formas de sentirse queridos en este mundo hostil, de los besos y miradas calientes pasaron a las caricias impropias cada vez más avezadas y profundas, dando rienda suelta a toda clase de fantasía pública. La ausencia de transeúntes hacía de esta aventura algo totalmente intenso, nuevo e inexplorado para ella, su adrenalina estaba por las nubes, no sabe si fue el Té, el pastel, la conversación o su dominio en el arte de la seducción la que la llevo a estos extremos de libertinaje. Una baranda detiene su danza erótica por las calles, las calles vacías cómo día Lunes, sus interiores mojados como siempre y un imponente hombre completamente encantador a su disposición. Mira en ambas direcciones y toma la iniciativa, lo pone contra la valla, lo besa bruscamente mientras su mano dibuja la virilidad erguida de su acompañante y sin más reparos bajó el cierre y metió su mano, estaba caliente, húmeda e increíblemente dura. Lo miro, vio su cara de placer y lentamente lo fue besando en toda su magnitud, diestramente movía su lengua alrededor, no lo soltaba, comenzó suave y profundamente, pero ahora parecía dominada por el deseo, y sus movimientos eran rápidos, profundos, y calientes, su lengua se desplazaba hacia arriba ya hacia abajo con total placer, lo besaba, lo mordía y lo tragaba una y otra vez, ya no aguantaba más quería sentirlo en su interior, quería llenarse de humanidad y sin más se entrego con sus manos contra la valla y sus pantalones a las rodillas, la poseyó como nadie lo había hecho, fue una locura de principio a fin, suavemente de hundió en ella hasta más no poder, la humedad, el dolor y el placer eran uno, los movimientos, las manos en sus pechos, la respiración agitada y entrecortada en su cuello, hicieron que esos minutos parecieran eternos, pero el éxtasis era tal que sus gemidos expulsaron el más intenso de los orgasmos, fundiéndose en espasmos musculares, sintiendo cada gota de transpiración, cada fluido en su interior, sintiendo cada fibra contraerse para atrapar ese miembro ya exhausto por su gran labor cometida. Sintiéndose una puta, pero una puta feliz, subió sus ropas y se incorporó a la vista, cómo pasaron de unas incomodas miradas a hacerlo en la calle nadie lo supo, lo que no pudieron negar fue lo grato de la velada. Y cómo todo sueño tiene que terminar, le pregunto el precio final y el nuevamente le pregunta el por qué de su insistencia con el tema, y ella le responde que por el aviso por el cual ella lo llamó, - “Qué aviso?”- y le explicó que se iba a juntar con un primo para arrendar una película y que nunca llegó, y ése fue el momento en el cual ella lo abordó. La cara se le iba cayendo de apoco a medida que iba escuchando los detalles de tal relato. y cuando la vio media complicada le dijo que era broma y que si era él el del aviso, pero que la primera cita era gratis, pero venía adjuntado un segundo encuentro si ella quería obviamente, después de mirarlo y de recordar ese orgasmo fabuloso que le había dado era lo mínimo que podía hacer por él… y rieron hasta que el día se pinto de acuarela y su cansancio le recordó sus obligaciones. Con un cariñoso “hasta pronto” se despidieron con sonrisas satisfechas y con el cuerpo vivo.

jueves, noviembre 09, 2006

Noche Freak

Se preparan para su cita, cada uno de ellos destaca lo mejor de si. Buscan el reconocimiento, y la admiración de todos. El espejo es el protagonista esta noche. Se prueban miles de combinaciones hasta que encuentran la ideal, o la que no le queda tan mal. Dejan todo desordenado, el tiempo apremia. Y con el perfume cierran el capitulo previo. En el que ambos por separado están en la ducha, bañándose un poco más de la cuenta. Él, toma especial cuidado en tu masculinidad, lo analiza y lo convence de que será su noche. Ella por su parte, toma las medidas para cualquier evento, su rebaje bien delineado, extremadamente limpia, y con ese aroma de frescura nocturno que trastorna a multitudes.

Hora de salida:22:45 hrs. Hora de encuentro: 22:30, hora de llegada: indeterminada.

La noche esta fresca, y limpia, el cielo peina algunas nubes grises que se perdieron de la manada. Las calles reflejan e brillo de la noche y las sombras pisan su nitidez.

Se encuentran, se analizan, y se ovacionan mutuamente, cuando en el fondo están pensando en cual sería el momento ideal para sacarse la ropa.

Una vez en el lugar, ven el ambiente y se acercan a la barra, para observar si hay algún conocido. Pasan unos minutos, conversan del diario vivir y piden el cover, cómodamente sentados en una esquina de la barra. La música es adecuada, la gente está alegre, ríe, baila y hace el ridículo muchas veces. Ríen de las tonteras de los demás y pelan al que pase por delante. Ella tasa el ambiente y su nota es de un cinquito, salvo algunas excepciones, el mira a su alrededor y ve algunas faldas provocativas y unos escotes llamativos, pero ninguno como el de su acompañante, estaba estupenda¡ vestía una falta de gamuza aterciopelada ¾ con corte diagonal de color verde musgo, una blusa abierta, cuyo escote dejaba ver un poco más de lo permitido. Botas, aros y collar en juego. Sin duda era la atracción. Note al entrar como las viradas se apoderaban de nosotros cuando entramos al local. Estábamos que ardíamos, y nos dejábamos querer. Él, tampoco esta mal, pantalón gris de tela delgada, parece a la medida¡ marca sus buenas formas y resalta otras. Zapatos de implacable luto, y una camisa azul a rayas, negras. Chaqueta oscura, y su pelo tomado cautelosamente reflejaba una dedicación considerable y lo que lo hacía más llamativo aún: una billetera moderada, Reía frívolamente. Y pensaba en lo bien que lo pasaría esa noche. El trago va a la mitad y la música comienza a ponerse pachanguera, los ánimos se elevan se abre la pista de baile, la jauría de humanos desbordante de testosterona sube a exhibir los movimientos corporales en las danzas más variadas.

La pareja aún en la barra, conversa livianamente, se miran a los ojos y se marcan el uno al otro. Ambos sienten las miradas penetrantes y acechantes. Ella ve como un grupo de machos la miran desde una mesa cercana y le envían invitaciones y besos, ella se deja querer y flirtea a lo lejos. Él ve al otro lado de la barra una chica acompañada que busca entre las miradas un escape de salvación. Ambos están jugando con el deseo. Ya ha pasado 1 hora desde que llegaron y es tiempo de ir a moverse un poco, en el camino pasan a los respectivos baños. Se acomodan, se admiran y continúan su camino a la pista. Ella lo atrae hasta el centro y comienza a seducirlo con sus movimientos sensuales. Él se deja llevar por las curvas de su acompañante. Se sienten libres y se dejan llevar, los movimientos se hacen cada vez más próximos, provocándose unos a otros. Cada baile una oportunidad para tocar sus cuerpos, para juntarlos, para besarlos, se contorneaban por todos lados, se acercaban y acomodaban mutuamente. El calor, y la música los hacía vibrar. La sensualidad de los movimientos provocaba un acercamiento natural donde su trasero se apretaba contra su virilidad cada vez más y más recio. Y lo volvían hacer.. una y otra vez. Ahora de frente, pegados sus pechos, labios y demáses. El calor se vuelvo sofocante y las gotas de transpiración se pierden en sus pechos, marcando el camino a secar. Eran un verdadero espectáculo para aquellos solitarios y solitarias que admiraban la sensualidad de la pareja. En el descanso, él, fue al baño mientras que ella se quedo tomando un poco de aire cerca de una ventana próxima a la barra. Se le acerca uno de tipos de la mesa, y le habla despacio para forzar un acercamiento, el directamente la estaba seduciendo, pero ella no se dejaba intimidar. Al contrario, lo insto a seguir su juego, lo que sorprendió al osado jugador extra. Reían mientras que él le invitaba un trago, ella lo acepto y agradeció de buena manera. La conversación duro unos minutos, mientras el retornaba de refrescarse, al salir del baño vio a la chica de la barra, estaba como perdida y le se ofreció a orientarla sin conocer mucho el lugar. Ella quería salir a tomar aire, el la guió por el camino a la azotea, noto que tenía un cuerpo duro y bien proporcionado, una voz suave y una mirada profunda. Nada le llamo más su atención que su timidez, se dio cuenta del tiempo y recobro el sentido, se despidió con un beso en la cara y buenos deseos. Al volver, ve de lejos a su mujer coqueteando con el tipo de la mesa junto a la barra. Toma distancia y rodea el camino, ve sus movimientos coquetos y directos, sus risas y sus miradas de admiración, el se debe estar refiriendo a lo bella que esta esa noche, y ella se debe estar dejando admirar. Me ve, y continua su juego de seducción. Me acerco lentamente y sin palabras la beso profundamente, su respuesta fue húmeda y apasionada. Nos separamos y me dispongo a saludar al hombre que ha entretenido a mi mujer en mi ausencia, - buenas noches, cómo estás mi nombre es Bastian, con quién tenemos el agrado?- él, un poco confundido, se demora en su respuesta y Carolina (mi pareja desbordante esta noche) responde -su nombre es José.-. José era un joven de unos 26 años estudiante de derecho, con muy buena facha, buena ropa y una abultada chequera familiar. Y con una ganas desbordantes de conquista. Conversamos un rato los tres y nos reímos bastante, el invito los tragos y nosotros nos aprovechamos de su situación. Carolina quería ir a refrescarse un poco y sin dudarlo José se ofreció a acompañarla, si no me importaba, ella me miró y accedí. Los vi alejarse juntos, ella le tomo la mano para no separarse entre la multitud y el no la dejó de admirar ni un segundo. Yo por mi parte, bebía mi cuarto trago y admiraba la panorámica, cuando se le acerca por la espalda la chica misteriosa, se saludaron y el le invitó un trago, ella sonriente aceptó y platicaron mientras el la desnudaba con la mirada ella se fijaba en lo abultado de su pantalón, sus miradas se encontraron en lugares inapropiados, pero excitantes. Se miraron y ella le tomo la mano y lo condujo a un lugar poco explorado, habían unas sillas y una ventana que no daba a ninguna parte. Estaban solos en ese mar de gente. Y ella lo tomo por el cuello y lo besó sin más palabras, el bajo los brazos y los llevo a su trasero, estaba duro, ella lucía una hermosa falta corta y una blusa negra, no traía sujetador alguno y sus deseos apasionantes. Mis manos subieron ese trozo de género y poseyeron la depresión húmeda de su ser. estaba mojadísima, dijo que se había mojado con las miradas de la barra y que sabía que esa noche no se iría sin sentirme en su interior. Deslizó sus manos a mi pantalones, sacó el botón y noto la humedad de mi sexo asomante, bajo el cierre y los tomo en sus pequeñas manos, l miró unos segundo y dijo –tal como me lo imaginé- y me perdí en su boca, lo succionó como nunca había sentido, me tragaba completo y quería más, lo movía y lo lamía de arriba abajo una y otra vez, sus pechos quedaron a la intemperie y mi masculinidad se perdía entre ellos y su boca. En un minuto estaba apoyada contra el vidrio sus pechos aplastados daban hacia la calle y la poseí en ese momento, estaba deliciosa, llené todo su universo con mi ser, una y otra vez.

Mientras que Carolina arrastro a José hasta le baño de mujeres y lo llevó a una caseta donde sacó su ropa interior e hizo que le practicara sexo oral antes de que la penetrara, José asintió con una sonrisa de bebé y comenzó su jugosa participación. Lo hacía muy bien pero Carolina quería salir de la duda, quería saber si los que resaltaba su pantalón era un efecto óptico o no. Y metió su mano en el pantalón y lo toco cómo roca, bajó el pantalón y vio el pene más delicioso que se habría podido imaginar, era un pene de unos 21cm. vigoroso y apetecible que no dudo ni un segundo antes de lamerlo por todos lados… estaba como loca, lo chupaba y lo besaba una y otra vez. Su lengua jugaba con su glande descomunal, lo quería dentro, el sólo verlo la había hecho mojarse, separo las piernas y el la tomó en su fuertes brazos, y bruscamente la penetró de golpe, ella gemía tratando de controlarse, pero no le importaba ya, lo tenía dentro, no todo, pero la mayor parte y se sentía morir. Era fantástico. Alucinaba y se golpeaba contra el con fuerza. Una y otra vez, terminó incontables veces en los mejores orgasmos múltiples que había tenido en su vida. Mientras que Bastian estaba haciendo gemir a esta inusual chica cuyos alaridos se hacían cada vez más y más intensos… me gritaba que se la metiera más y más… que estaba a punto de acabar, que ya no podía más que era el más delicioso que había tenido en su interior. Y me excitó a como de lugar y mis embestidas se hicieron cada vez más fuertes, rápidas y profundas… lo que la llevo a su orgasmo y sus gemidos arrastraron el mío en la desbordante lluvia de líquido ardiendo en su interior y corriendo por sus piernas… -a su vez, en ese mismo instante en cuanto José le avisó que acabaría, ella no sabía que hacer quería sentir la explosión en su interior, pero también quería saborear su embriagador licor. Lo pensó y le ordenó terminar dentro de ella, quería sentir como subía el semen por ese enorme mástil. José, ya no aguantaba más, se movía cada vez más rápido y hacía sonidos guturales, dejo salir su lava blanca y espesa con una fuerza brutal que lleno todos los rincones nunca antes conocidos, la cantidad de semen era increíble cayó al suelo una gota gigante de ese licor que no quiso desperdiciar y una vez con sus piernas cerradas y su boca deseosa seco y trago cada gota restante que saliera de ese pene maravilloso que la hizo ver las estrellas en el baño de mujeres de un pub, se acomodó su falda, sin mojarla ni mancharla, echó a José del baño, se arreglo el pelo y se lavo las manos, sin más volvió en busca de su amante perdido que estaba mojadísimo y extremadamente caliente tras un orgasmo memorable. Me incorporé a la silla, subí mi pantalón y me arreglé, vi la hora y me pregunté donde estaría Carolina en estos minutos, se habrá preocupado? Me estará buscando?... en ese momento ya estaban listos y cada unos se fue por su lado. Ya en la barra, se encontró con José que lucía una sonrisa particular. En ese entonces llegó Carolina, excusándose diciendo que el baño era un caos. Y provocativamente besa a Bastian con un profundo beso sabor a semen, José asustado, no haya que hacer y se toma le trago al seco, lo miro y le pregunto si le gustó follarse a su mujer. Lo pensó y se vio sin escapatoria, y asumió- No, en realidad me encantó.- miro a Carolina y le pregunto si le gustó y ella sonriente dijo que le había gustado disimulando su adoración por el falo de José. Bebieron un trago y Carolina le pregunto si había encontrado alguna chica que le llamara la atención y éste negó con su cabeza.

Se sentaron en una mesa a beber y conversar, estaban los tres. Carolina en le medio de ambos, Bastian la tocaba y esta a José. Las miradas fogosas y las manos ardientes llevo a Bastian proponerles subir a la azotea, donde estarían más cómodos. La azotea es un lugar particular, bastante fusco, con sillones cómodamente ocupados por cuerpos agitados. Bastian tomó a Carolina y la beso profundamente mientras se acomodaban en el sillón de la esquina. Lentamente se incorporó José. Las acciones se volvieron un poco ardientes, los besos y caricias ahogaban a Carolina que no reclamaba por su aire. José la besaba húmedamente mientras Bastian, con su lengua, juega en sus pezones duramente marcados. La humedad traspasa la ropa interior y decide sacársela en el lugar y se las regala a José, este luego se drogarse con su aroma las guarda en su bolsillo. Y deja el camino libre a Bastian para que juegue con su punto de placer, primeramente lo acaricia con su mano bajo la falta, ve a sus alrededores y todo el mundo sigue en lo suyo, así que no escatima y levanta la falta descaradamente y con su lengua recoge los residuos mezclados del placer pasado. Sube entre los pliegues y lentamente lo descubre con la punta de las papilas y lo acaricia tiernamente mientras José bruscamente apreta y muerde sus pechos simultáneamente. Se siente llevar… cuando de pronto una sombra interrumpe desconcertadamente la escena. Era la chica misteriosa, estaba ahí, parada frente a los tres amantes y sutilmente le pregunta con voz cálida a Carolina si puede unirse a su diversión, ésta, impávida, la convido a sentarse a su lado… se miraron todos los detalles y apoyaron sus cabezas en los respaldos mientras que los hombres comenzaban a ver el juego con una agradable sonrisa maquiavélica. Ambos con sus lenguas y manos ocupadas y ellas besándose lentamente, cómo disfrutando cada respiro. La situación se estaba descontrolando, y decidieron buscar un lugar más cómodo, saliendo del local, José ofrece el dpto. de sus padres que está ubicado en la playa, todos asintieron y se pusieron en marcha. Carolina iba con Bastian, mientras que José iba con la chica misteriosa que se llamaba Susana y era de la capital.

En el camino José iba adelante enseñando el camino mientras que atrás no perdían el tiempo. Por la carretera, Carolina bajo el cierre del pantalón de su acompañante y saco su masculinidad completa… lo estimulo con palabras suaves y movimientos certeros. No aguanto mucho tiempo sin tenerlo en su boca… lo beso desde la punta hasta a base, estaba duro y caliente, lo sentía latir en sus manos y estas se movían una y otra vez, de arriba hacia abajo, escapando de la furia apasionada y descontrolada de sus boca. El camino estaba oscuro, y la velocidad mezclada con la lujuria de lo prohibido hicieron de la situación una desbordante ola de placer que llenó la boca de Carolina. Agotado y un poco lejos de los guías le pidió que ella siguiera conduciendo, mientras el recobraba fuerzas. En unos minutos sobrepasábamos un auto detenido en un costado, donde sus ocupantes altamente excitados fornicaban con total despreocupación, reían y el viaje estaba concluyendo, así como la noche.

Después de estacionar y ya en el ascensor, las caricias intimas y mutuas eran casi tan normales como respirar. La puerta se abrió y en el pasillo se escuchaba el sonido de las olas, entramos al lugar y contemplamos la maravillosa vista del mar, el sonido de las olas era tan estimulante que pasaron ni 2 minutos cuando ya estaban amándose en cada esquina. Llegaron a la habitación, y los 4 jugaban en la cama, era lo más intenso que habían vivido.

José estaba sobre Carolina mientras Bastian sentado en una silla observaba cómo ésta disfrutaba cada embestida animal de su agresor, mientras Susana besaba tiernamente a su amada, la ternura dio paso a la pasión y ahora Carolina tenía en su cara todo el sexo de Su, ambas gemían como locas¡, , estaban terminando. Se notaba, conocía los sonidos que realizaba su mujer cuando esta terminaba y ese era uno de ellos. José saca su enorme verga y comienza a terminar en la boca de Susana, esta hábilmente traga lo que queda de una noche agitada Era el cuadro más caliente que había visto, su mujer atravesada por otro hombre y su boca cubierta por fluidos vaginales, que placer más sórdido me produjo. Autosatisfaciéndome a mil por hora, me veo interrumpido por las suaves manos de mi mujer, que delicadamente se sienta sobre mi, introduciéndome en su interior lentamente, disfrutando con el placer de mi mirada y volviendo a llenar ese espacio ya antes ocupado por otro. Su mirada es cómplice y diferente, es una mirada agradecida por lo vivido, por disfrutado y por lo compartido. Me besa en los labios inocentemente, me rodea con sus brazos y danzamos el vals del amor al compás de las olas, no teníamos prisa, éramos sólo nuestros, y la noche había pasado y el orgasmo ya no importaba porque nos teníamos el uno al otro por siempre. Unidos aún abrazados frente al mar, se cubrieron con la manta de su costado y permanecieron unidos hasta que el sonido de las aves marinas los despertaron. Silenciosamente tomaron su ropa y se fueron vistiendo camino al ascensor. Compararon el desayuno en un autoservicio y se rieron durante todo el camino, dejando atrás una noche realmente freak que quién sabe si algún día se volverá a repetir. Y será hasta entonces…

x Vola´2

miércoles, noviembre 08, 2006

En la Micro (bus)

Era una mañana agitada, el reloj no sonó a la hora que debía, las pilas estaban fallando. La ducha debió ser una carrera de velocidad y el desayuno pasó inadvertido. Busco la ropa en el closet y se puso lo primero que encontró; una blusa blanca con un escote moderado, una falda del mismo color y sus botas ad hoc. Cogió su bolso, su carpeta y salió... eran las 8:17 y caminaba a tomar la micro cuando se dio cuenta que el día estaba un poco frío y no llevaba abrigo alguno. Iba atrasada así que no se devolvió. Tras una lucha por subir al transporte logró cancelar su pasaje y avanzar algunos asientos más atrás, la micro era una lata de sardinas y para variar, las ventanas cerradas! Toda apretada haciendo contorsiones para poder afirmarse de algo que le impidiera caerse sobre los demás pasajeros. El chofer como día viernes, tenía prisa. Iba compitiendo con otro bólido metálico por más pasajeros, nadie entendía por qué si la micro estaba más que llena. Una frenada brusca toma desprevenidos a los pasajeros produciendo la ira de muchos…y así fue por algunos momentos, hasta que el otro bólido se cruzó frente a nosotros y con una maniobra felina evitamos una desgracia. En ese movimiento no alcanzó a afirmarse de nada más que del tipo de atrás. Un tipo alto, pelo claro y espalda dura. Al que le pidió disculpas y el con una sonrisa le respondió que no se preocupara que con este chofer no se puede pedir mucho, estaban de perfil mientras hablan de lo sucedido. El le ofreció llevarle la carpeta para que pudiera afirmarse mejor y ella se negó instantáneamente por su rol de fémina independiente y en unos segundos lo medito,-bueno, ya¡ - de esa manera se pudo tomar de una manilla del asiento en que iban dos mujeres de unos 25 a 28 años, vestidas con ropas informales que conversaban de lo bien que lo habían pasado anoche en una fiesta íntima, que terminó siendo Sodoma y Gomorra. Hablaban despacio pero se lograba entender leyendo los labios. Se contaban que estaban con el pololo de una de ellas y se tomaron unos tragos, comenzaron a jugar con los tragos y la ropa comenzó a perderse poco a poco. Sintió curiosidad y se dispuso a poner toda su atención en la charla, disimulando su intriga. La pareja del hombre de la noche, el Cote, se llamaba Katia, y la otra Fernanda. Entendió que Katia quería probar cosas nuevas y le ofreció una noche especial a su novio. Comenzaron besándose entre ellas lo que encendió la pauta de la noche. Se besaron frente a él, y ambas lo bañaron en besos, el se dejaba llevar, estaba sólo con jeans y calcetines. Mientras que sus opresoras estaban casi en ropa interior. Se acomodó en el sillón y comenzó a besar a su novia y bajo por su cuello hasta sus impresionantes pechos, los beso y apretó como loco, mientras Fernanda se desnudaba y ofrecía sus atributos al festejado. Él miró a su novia ella lo insto a tocarla, comenzó por sus piernas suaves y largas, subió por sus muslos, y volvió a mirar a Katia, esta lo beso suavemente en los labios y el prosiguió su camino, estaba en la humedad misma y no se resistió y comenzó a explorarla con su lengua, saboreando ese calor intenso que lo llevo a subir a sus pechos y a besarla tan apasionadamente que excitó de sobremanera a su novia y ella también se incorporó, los besos y las caricias eran mutuas y en todas direcciones, la temperatura estaba al máximo cuando no pudo contenerse y de un solo movimiento tomó a Fernanda en sus brazos y la hizo sentarse en toda su humanidad.-
-Fue en ese momento cuando las jóvenes se percataron de su espectadora, que trato de disimular pidiéndoles que abrieran las ventanas por favor. Aún acongojada por ser descubierta quería saber cómo seguía la historia, y noto que estaba húmeda con solo oír las experiencias de unas chicas realmente atractivas, que provocaban un algo en ella. No le dio mucha importancia a la humedad de su ser, pero recordó que no llevaba sujetador, y noto como sus pezones marcaban su blusa blanca, eso la puso roja, y trato de olvidarse un poco de la situación para calmarse, pero no pudo, su intriga era más que su pudor y trato de seguir el hilo de los gemidos que no paraban en esa habitación la noche anterior, - donde entró y se sentía en ella, besaba a Katia tan húmedamente como los estaba el centro de su ser. Fernanda estaba como loca, lo besaba por todos lados, tocaba su pelo, y besaba a Katia, era todo muy rápido, ya no podía más y estaba terminando mientras besaba a Katia, y sentía sus pechos en su cara, era el placer máximo. Estallo en el infinito placer de la satisfacción grupal, mientras corría por las piernas del Cote el líquido caliente de la culminación inicial de una noche muuy larga… Katia los besó por todos lados, Fernanda ya relajada a su lado estaba entregada a la pareja, Katia, la beso y aseo con sus labios y tomó lo que quedaba de placer en su pareja, y se deslizó a lo largo de su húmedo sexo una y otra vez incorporándolo nuevamente a la lucha por el placer, lo que no tardó mucho gracias a la suavidad y al exquisito ritmo de sus labios y manos provocándole un segundo orgasmo que lo dejo exhausto.
-Estaba más que mojada con todo lo que había oído, las relatoras lo notaron y sus miradas se cruzaban una y otra vez, estaba excitada y ellas lo sabían, y eso la excitaba aún más. La micro seguía su curso, y no había disminuido el número de ocupantes, habían transcurrido quince a veinte minutos y su humedad era considerable. Siguieron con la historia pero no disimulaban lo que decían es más elevaron un poco su tono de voz, y sus miradas se cruzaban de vez en cuando. Lo que la traía muy nerviosa. Ya nada importaba sólo quería saber como termino ese encuentro. Y escuchaba y se imaginaba cómo continuaba…
Lo siguió besando tiernamente por un momento cuando se sintió sorprendida por una humedad caliente que invadía su sexo, Fernanda estaba recompensando el placer que obtuvo gracias a ella. Y lo hacía de la mejor de las maneras... con suaves besos por todo su cuerpo, con caricias en puntos estratégicos, con movimientos lentos y con una expertiz desconocida. La tenía en el borde del abismo, su lengua acariciaba el monte oculto de la gloria mientras su mano diestra estimulaba su acto final.
Estaba demasiado excitada, se le notaba en sus ojos el deseo y la ausencia de satisfacción, cuando por sus piernas intenta subir una mano que comienza a acariciarla suavemente, no sabe que hacer, está descolocada, esta muy nerviosa y sus miradas fijas la incitan a seguir, mira a su alrededor y se deja llevar, separa un poco sus piernas y siente como una mano extraña comienza a tocar su sexo, mojado y bien rebajado. Esta muuuy caliente, el relato, las miradas, la mano que la hace temblar, el lugar y las desconocidas que continúan el relato. Mientras que un dedo se pierde en ella, lo siente pero no es significativo para la humedad que la invade. El número de dedos en su interior ha aumentado a tres y ahora lo siente gratificante, sus ojos están cerrados y continua imaginando y emulando el placer que sentía Katia esa noche donde, ella quería terminar y tenía sus ojos cerrados y su cuerpo se contorsionaba por estar más y más allá… no aguantaba más cuando en un rápido cambio Cote entraba en ella tiernamente, diciéndole palabras dulces al oído y comenzaban la más romántica de las danzas, el se perdía una y otra vez mientras ella subía más y más..no sabía donde estaba sólo sabía que estaba disfrutando cada segundo, cada embestida, cada beso de su amiga, cada caricia múltiple, ya no podía más, quería hacerlo y comenzó a moverse cada vez más rápido, su boca estaba seca, sus respiración era frenética, gemía y pedía más… el Cote estaba mojado y se veía caliente, estaba a punto de terminar cuando le dice que se venía en ella… y ese fue el detonador, Katia vio estrellitas y se sintió flotar en la mejor de todas sus experiencias juntas. Su orgasmo fue tan largo y potente que perdió la noción del tiempo, peor esa no era todo, el cote no había terminado cuando se retira y las féminas se dan cuenta que se esta autoestimulando ellas deseosas compiten por recibir un poco de aquel tan preciado tesoro que les había dado tanto placer…el cote se deja llevar y libera su pasión blanca…. Caliente sobre las chicas q lo tocaban y besaban y succionaban, ellas se besaron y juntaban sus cuerpos mojados de semen y se abrazaban cansados y ya sin fuerzas, para dormir profundamente en la mejor de las noches.
En ese momento los dedos de Katia entraban y salían con total facilidad así que introdujo otro más y con ese el placer se multiplico y no aguantaba más... abrió los ojos miro a su alrededor, no vio peligro y se dejo llevar y se libero en ella el placer contenido, las frustraciones desaparecieron y por sus piernas corría el líquido de su placer, estaba terminando deliciosamente, en un orgasmo eterno. Había terminado en la micro, su respiración era agitada, sus pechos duros y sus pezones marcado, su mirada perdida y sus agresoras sonreían complacidamente. En eso, su tan placentero viaje se ve interrumpido por su amable y bien apuesto compañero de viaje que se bajaba en la siguiente parada, ella aún confundida se da vuelta y le agradece su ayuda. Mientras el nota sus pechos y la mira a los ojos con cara casi de admiración. Ella voltea y la fuente de su placer había desaparecido, se bajaron en la parada anterior, habían dejado su tarjeta en el asiento pero al frenar la micro ésta se cayó y no logro ser vista por su destinataria, y así terminó su recorrido concluyendo que había sido el mejor viaje en micro que había hecho, y ahora cada viernes espera la misma micro a la misma hora esperando encontrar a las musas que le proporcionaron el mejor de los viajes, el viaje de placer.

X Vola´2

martes, noviembre 07, 2006

Bienvenidos

Quién quiera que lea esto, le recomiendo que se ponga cómodo, que se relaje y se deje llevar por su imaginación. Sea parte de estos pasajes del suburbio de la mente humana donde todo es posible.

Oculto bajo la sombra de la luna estamos bordeando el límite de lo permitido, ocultos entre las miradas vacilantes, entre sueños y fantasías los roces se hacen presentes. Miradas cruzadas de lujuria y pasión buscan el satisfacer la necesidad carnal.

Espero que lo disfruten y que posteen harto, sé que tengo muchos errores, pero tb sé que son inteligentes y que me entenderán y así se producirá la comunicación.

Hasta pronto.