domingo, noviembre 12, 2006

Solitaria

Todo comenzó una tarde oscura, triste y solitaria, donde las murallas pálidas y frías te dictan lo que serán las próximas horas de tu vida. Entre los golpes publicitarios de piezas, computadores, tomateras, paltas y demases sutilmente se divisa un aviso: “Cansada de estar sola?” y un celular: 085XXXXXX sin mayor importancia continuó la lectura infértil del mural, pero tus ojos te llevaron nuevamente al papelito. Tu cuerpo se sentía solo y tu mente destrozada. Fue tu cumpleaños y estabas sola, llena de gente pero sin nadie a quién hablar. Meditaste de tu vida y sus complicaciones y no hallaste conclusión, sólo te conformaste con saber que aún estas y aún respiras por los pasillos y sueñas y duermes despierta. Sin más sacaste el papel y lo guardaste en tu abrigo. Tu camino estaba sin rumbo, y vagaste sin trámite alguno. Los sueños sucios y grises matizaban tu vista de las construcciones coloreadas por parches sin sentido que funcionales todos, reunidos para poder sostener la antena de Direc-tv. Son tantas las contradicciones y tantos los pensamientos que vagan en una tarde opaca y sin vida. La soledad ataca y con fuerza arremete en nuestros sentimientos. La mirada se nubla por instantes aislados y aleatorios. Tantos aromas a sentimientos impúdicos y escondidos en los vaivenes de la vida, que no nos dejan en paz. Sentada en una banca mirando el vacío infinito del mar sacas del bolsillo un papel arrugado, leíste la inscripción y sin pensarlo marcaste el número. Cortaste a los segundos y meditaste lo bajo de tu autoestima, nada perdías… marcando… sonando y esperando, angustiosos segundos deseosos de que no contesten y esperanzados en que una voz sólida la conforte.-aló?- una voz sabor a canela y color de madera tiño de ternura y candor la rustica pero suave conversación. Era una voz joven, pero notaba distinción y pensamiento. Romper el hielo fue brutal¡, después de la presentación y de una sorpresiva invitación a un café en 15 minutos, ese músculo endurecido y ya gastado comenzó a latir con fuerza. No sabía que hacer, si irse o quedarse… las expectativas crecieron y las quemó rápidamente enterrándolas bajo la acera, creo que eso se llama experiencia, adquirida a golpes y caídas. Ya no esperaba nada, de nadie. Y así vivía mejor. De un momento a otro estaba a 15 metros del lugar de reunión. Lo distinguió, espero y vio su reacción, estaba a punto de irse cuando decidió acercarse. Fríamente lo saludo y sin rodeos le pregunto cuanto le costaría su tiempo. Él la miró detenidamente y respondió que nada. Caminaron un rato, el guío la conversación, tenía tema y era apuesto, en su cabeza giraba el pensamiento- Tiene tema y es atractivo, cuánto me saldrá esta locura¡¡¡- él cómo sin entender la pregunta pasada la convenció de que no se preocupara por dinero, que no era importante, y que él invitaba. Risas nerviosas propias de la situación inundaron a los desconocidos que sin darse cuenta llegaron a un solitario y escondido café. Él la guío a ordenar alguna cosa, ella desconfiada aún sin saber que ganaba el al respecto, acepto retraídamente un té de rosas, conversaron mientras los segundos y los minutos ahogaban el día. Desde los temas más conflictivos como la religión y la política hasta la cultura y el sexo. Las coincidencias eran extremas, jamás se hubiesen imaginado en mejor compañía. Reían sin cesar y contaban infidencias como si fuesen amigos de antaño. La noche estaba avanzada y el lugar no era muy concurrido, ya sin temor y con las manos atrapadas por las suyas emprendieron el viaje de retorno, rumbo? Desconocido incluso para ellos.
Los adoquines y la noche los empujaban más allá... la brisa les indicaba la cercanía costera y la sequedad de los labios les informaba que era tiempo de seguir sin más tema que sonreír calidamente mirándose mutuamente y evitando las contemplaciones incómodas pensando en la despedida, lo mira directamente y se siente perder en la seguridad de su mirar, las palabras y los gestos no le salen, esta nerviosamente complicada, se da cuenta él y sin pensarlo más la besa tierna pero firmemente, el beso fue cósmico, las estrellas danzaban por su estómago y las mariposas se posaban en la lozanía de su mirada, por un momento logro olvidarse de la realidad y fue feliz, sería eso posible? Que dos extraños se den felicidad a primera vista? No lo sé, pero sería realmente genial, no? El shock pos-contacto labial los llevo a desconcertarse de la vida y se dejaron llevar por las oleadas de emociones que fluían por sus cuerpos y labios cada vez más y más húmedos encendiendo la pasión fatal y desenfrenada de dos completos desconocidos que sólo buscan satisfacer sus extrañas formas de sentirse queridos en este mundo hostil, de los besos y miradas calientes pasaron a las caricias impropias cada vez más avezadas y profundas, dando rienda suelta a toda clase de fantasía pública. La ausencia de transeúntes hacía de esta aventura algo totalmente intenso, nuevo e inexplorado para ella, su adrenalina estaba por las nubes, no sabe si fue el Té, el pastel, la conversación o su dominio en el arte de la seducción la que la llevo a estos extremos de libertinaje. Una baranda detiene su danza erótica por las calles, las calles vacías cómo día Lunes, sus interiores mojados como siempre y un imponente hombre completamente encantador a su disposición. Mira en ambas direcciones y toma la iniciativa, lo pone contra la valla, lo besa bruscamente mientras su mano dibuja la virilidad erguida de su acompañante y sin más reparos bajó el cierre y metió su mano, estaba caliente, húmeda e increíblemente dura. Lo miro, vio su cara de placer y lentamente lo fue besando en toda su magnitud, diestramente movía su lengua alrededor, no lo soltaba, comenzó suave y profundamente, pero ahora parecía dominada por el deseo, y sus movimientos eran rápidos, profundos, y calientes, su lengua se desplazaba hacia arriba ya hacia abajo con total placer, lo besaba, lo mordía y lo tragaba una y otra vez, ya no aguantaba más quería sentirlo en su interior, quería llenarse de humanidad y sin más se entrego con sus manos contra la valla y sus pantalones a las rodillas, la poseyó como nadie lo había hecho, fue una locura de principio a fin, suavemente de hundió en ella hasta más no poder, la humedad, el dolor y el placer eran uno, los movimientos, las manos en sus pechos, la respiración agitada y entrecortada en su cuello, hicieron que esos minutos parecieran eternos, pero el éxtasis era tal que sus gemidos expulsaron el más intenso de los orgasmos, fundiéndose en espasmos musculares, sintiendo cada gota de transpiración, cada fluido en su interior, sintiendo cada fibra contraerse para atrapar ese miembro ya exhausto por su gran labor cometida. Sintiéndose una puta, pero una puta feliz, subió sus ropas y se incorporó a la vista, cómo pasaron de unas incomodas miradas a hacerlo en la calle nadie lo supo, lo que no pudieron negar fue lo grato de la velada. Y cómo todo sueño tiene que terminar, le pregunto el precio final y el nuevamente le pregunta el por qué de su insistencia con el tema, y ella le responde que por el aviso por el cual ella lo llamó, - “Qué aviso?”- y le explicó que se iba a juntar con un primo para arrendar una película y que nunca llegó, y ése fue el momento en el cual ella lo abordó. La cara se le iba cayendo de apoco a medida que iba escuchando los detalles de tal relato. y cuando la vio media complicada le dijo que era broma y que si era él el del aviso, pero que la primera cita era gratis, pero venía adjuntado un segundo encuentro si ella quería obviamente, después de mirarlo y de recordar ese orgasmo fabuloso que le había dado era lo mínimo que podía hacer por él… y rieron hasta que el día se pinto de acuarela y su cansancio le recordó sus obligaciones. Con un cariñoso “hasta pronto” se despidieron con sonrisas satisfechas y con el cuerpo vivo.

1 comentario:

Vola ´2 dijo...

Interesante... gracias por tu comentario.